sábado, 1 de enero de 2011

MICRORRELATOS



 
Ejercicios de Escritura Creativa inspirados en el cuento
Círculos Concéntricos”
Del escritor dominicano
Orlando Alcántara Fernández
FUNDACIÓN LITERARIA ANÍBAL MONTAÑO, INC.
Todos los derechos reservados.


Retrato de Orlando Alcántara, dibujado por D.G.
 

 




Monumento a los Constituyentes, entrada a San Cristóbal


INSTRUCTORES:
Ramón Aníbal Mesa, Ysabel Florentino y Jesús Cordero
(Publicación previa)
II BIENAL NACIONAL DEL CUENTO
San Cristóbal 2011. (Del 11 de junio al  30 de julio)
Dedicada a Diógenes Valdez
y a la Región Sur de República Dominicana.

Diógenes Valdez






Minificción de Manolo
¿o el derecho a soñar?

Vale destacar, a modo de introducción, que este es el 7mo. BREVIARIO, y que estamos a la altura de más de 40 ejercicios distintos en escritura creativa, tanto en cuento como en poesía, sólo del 2008 al 2010.  Paso a paso hemos ido forjando un legado mediante la praxis de nuestros conocimientos literarios, culturales y pedagógicos.

En esta ocasión, -en víspera de la Segunda Bienal Nacional del Cuento, San Cristóbal 2011 (del 11 de junio al 30 de julio), dedicada al escritor Diógenes Valdez y a la región Sur de nuestros país-, hemos decidido homenajear al escritor  Orlando Alcántara Fernández con la publicación de estos ejercicios basados en su  cuento “Círculos Concéntricos”, cuyo personaje principal es Manolo, el pintor del barrio.

Manolo es un personaje que motiva a la creatividad, a la invención y la reinvención de un hombre agobiado por la realidad y sus circunstancias. ¿Y acaso no somos nosotros Manolo en algún momento de nuestras vidas, de nuestros sueños? El fracaso de Manolo es, de alguna manera, una metáfora del hombre común que sueña con que la vida le sonría, pero no.

Basta describir a Manolo: descalzo, sin camisa, corriendo por las calles del barrio como lo describe magistralmente Orlando Alcántara. Esa descripción es una descripción casi cinematográfica, donde nos vemos nosotros mismos corriendo detrás de Manolo para evitar lo irremediable; corremos impotentes para imprimirle a su alma una pizca de fe o un torrente de esperanza en lo que se sueña, en lo que se anhela; para demostrarle que lo que importa del éxito no es alcanzarlo, sino su búsqueda, el camino, la travesía, el recorrido tras el cual Manolo nos retrata el barrio y su miseria como un retrato de sí. Y he ahí la grandeza de Orlando Alcántara como narrador.

Orlando nos presenta a Manolo como un hombre que lucha por hacer realidad su sueño: pintar la gran obra, ser el gran pintor del barrio como quien es el gran retratista de deseos y sueños inalcanzables. Pero el mismo Manolo es su propia pintura, la obra que anhela, la obra que crea y se recrea a sí misma en un sueño agitado en medio de los círculos concéntricos.

En la mente de quien lo lee, lo imagina y lo contempla casi perplejo ante su desquicio. Así es como cada tallerista ha inventado “su Manolo”, su pintor del barrio, en un ejercicio de minificción que implica pocas líneas, destreza y capacidad de síntesis, aunque con relativa facilidad, puesto que todos, de algún modo u otro, conocemos un Manolo en el barrio, un fenómeno narrativo ficcio-vivencial, donde su protagonista ha sido panadero, mecánico, limpiabotas, empleado de zona franca, empresario, motoconchista, colmadero, lavador de carros en la avenida, chofer de carro público, héroe, pintor famoso, soñador rico y afortunado, todo a la vez.

La vida está llena de pequeños y grandes Manolo, de pequeños y grandes sueños, con pequeños y grandes fracasos, con pequeños y grandes éxitos, sólo que rara vez nos atrevemos a retratarlos como lo ha hecho Orlando Alcántara, o como han intentado hacer los niños de nuestros Talleres de Escritura Creativa de Azua y el Proyecto El Sur Cuenta, los de Mi Barrio en Letras en San Cristóbal; o los del Taller Literario Central Aníbal Montaño, de tal manera que,  cada lector intentará salvarlo inventándole otra vida, otro final; salvarlo como si cada cual intentara salvar el mundo y el derecho a soñar.


Ramón Aníbal Mesa
Diciembre, 2010.





"Cículos Concéntricos", Domingo Guzmán
 



MI BARRIO EN LETRAS, SAN CRISTOBAL

Jesús Cordero impartiendo taller en los 7 Días con el Cuento, Mi Barrio en Letras



ALICIA SOTO PEREYRA 
 11 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)


Una vez Manolo soñó pintar el barrio y dijo: tengo que trabajar para poder cumplir mi sueño”. Pero luego lo botaron del trabajo porque soñaba demasiado. “Deme  una oportunidad, que ya no voy a volver a soñar”.  Pero en ese mismo instante él pensaba ir al puente y tirarse porque ya lo había pintado. Cuando la piedra caía se hacía un círculo, pero cuando él la tiró se hizo un triangulo.



ALCELIS DE LA ROSA LARA 
11 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)



Manolo amaneció con deseos de quitarse la vida. Primero intentó envenenarse, pero no funcionó. Después intentó cortarse las venas y ahí mismo llegó Pitolelito, su hijo, y le dijo:
- ¿Qué haces papá
-Nada, sólo que ya no quiero estar en esta tierra.
Y Pitolelito le contestó:
- Pues no así
Y manolo, para que su hijo no lo viera, le dijo:
- Vete para donde tu amiguita.
El niño se fue. Manolo caminaba como loco por las calles, y las personas pensaban que realmente estaba loco, pero de remate. Hasta que al fin llegó al puente. En realidad el puente no era el puente, era el techo de su casa.





DEURY LARA VIZCAINO
(Abril de 1993). Mi Barrio en Letras Concentración


Manolo vivía con su esposa y sus hijos. Siempre estaba fuera de este mundo. Su mundo era su sueño de ser el gran pintor del barrio. Un día su mujer se cansó y decidió dejarlo e irse a ejercer el trabajo más viejo del mundo. Ese día sus ojos canelos cambiaron a rojizos. A Manolo, un terrible sueño se le fue encima dejándolo totalmente dormido, y mientras dormía, se vio cayendo del puente convertido en piedra, haciendo un círculo en el río. Se despertó nervioso y se puso a pintar aquella visión y al amanecer, salió entristecido. Atravesándosele a los motores y a los vehículos hasta llegar al puente. Y los transeúntes le decían: “Amigo, no se tire” y él gritaba: “¡Suéltenme coño, nunca seré un gran pintor! Y de un abrir y cerrar de ojos se tiró, cayendo sobre mí, pidiéndome que contara la historia de un pintor traumado, Manolo el pintor del barrio.



 LEIDY SANTANA LARA
(Julio de 1996)  Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)


Cuando Manolo no servía en su casa ni para buscar qué comer, su mujer, con el estómago pegado al espinazo, decía:
- Ay Manolo, ya me tienes harta. Hace cuatro días que no traes nada de comer.
-Mira Teresa, ya no empieces a joder. Tú me entorpeces las ideas. ¡No me jodas Teresa! Ya estoy cansado. Tienes razón, yo no sirvo para nada.
Manolo recordó que la noche anterior estuvo soñando que un carro venía de derecha a izquierda y que pasaba a las 10:30. Manolo se preocupó, sintió miedo cuando miró el reloj y vio que ya pasaban de las 10:30. Sintió un gran alivio cuando vio un carro que pasaba de izquierda a derecha. Pero no supo que el reloj tenía una hora atrasada.



NAYELYS TEJEDA DE LEÓN
 7 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)



Manolo iba a ver a su hijo, cuando iba por el puente se quiso tirar y pensó: Mejor me voy a donde voy, pero estoy un poco cansado. Déjame descansar.








NARIOLIS CUELLO ALCÁNTARA
 8 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)



Me dio mucha pena de Manolo cómo andaba: pantalón corto, pies descalzos y sin camisa. Andaba por la avenida, en medio de la calle, delante de los vehículos y una jeepeta roja se detuvo y Manolo delante haciéndole mueca.






MELISSA PINALES AGRAMONTE
 8 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)


Manolo quería tirarse del puente, después decidió irse a trabajar. Era de noche y estaba soñando. El supervisor lo llamaba y él nada de responder, con la boca cerrada, soñando y soñando. Después abrió los ojos. Está despedido, dijo el supervisor. ¿Por qué? preguntó Manolo. Porque yo lo estaba llamando. ¿Usted no vio las reglas?





VANESA BÁEZ VIZCAÍNO 
15 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)

Una tarde Manolo llegó a su casa un poco preocupado.
- ¿Qué tienes papá?
- Nada hijo. Es que nadie compra mis pinturas. ¿Y tu mamá, dónde está?
- Donde el vecino.
- Y qué hace ella donde el vecino?
 - No sé, -le contestó el niño. Manolo salió de la casa, furioso, hacia donde el vecino. Cuando llegó, encontró a su mujer besándose con el vecino y lo agarró a trompadas.
- Suéltalo. Suéltalo coño!- gritó Matilde- ya estoy harta de ti y de ponerme la misma ropa todos los días.
Manolo, desesperado, corrió hacia el sótano y comenzó a pintar su propia muerte. Al terminar, salió de la casa llorando. Iba como una bala, llevándose a las personas, quienes lo miraban como si estuviera loco. Al fin llegó al puente. Una multitud se aglomeró y como de la nada salió un hombre, bien vestido de saco y corbata. “Señor, no se tire. Su amigo Nicolás me enseñó sus pinturas y son buenísimas, se las compraré”. Y Manolo, lleno de alegría, alzó los brazos y dijo: por fin, por fin voy a ser un pintor famoso. Y de repente resbaló, cayendo al pavimento.




KATY VIZCAÍNO POLANCO
12 años. Mi Barrio en Letras Concentración


A Manolo siempre le gustaba escribir lo que le pasaba en la vida. Entonces Manolo no se dedicaba a su familia, solo pensaba todos los días, escribía día tras día. Su esposa ya estaba casada. No quería seguir viviendo esa vida. Manolo se fue de la casa y llegó al puente, se iba a tirar y un hombre le dijo, qué haces, eres muy joven para morir. Pero él no le hizo caso y nunca lo volvimos a ver.






MARIBEL VALDEZ
15 años. Mi Barrio en Letras Concentración (Barrio Nuevo)


Manolo pintaba los círculos concéntricos de una amiga cuando su mujer salió al patio a  pedirle cinco pesos para un café. Se maldecía a sí mismo porque no tenía ni para comprar un pan. Mi pintura no me ha superado nada, ni siquiera se acuerdan de mí las vecinas que posaban para que yo desarrollara mi arte. Sus dos hijos y su esposa no podían soportar la situación y se encerraban a llorar. Su esposa decidió ayudarlo, pero lo único que encontró fue en un bar. Debía complacer a los clientes. Manolo no aguantó más  y salió de la casa llorando. Corría por las  calles con el fin de llegar al puente, pensando que su mujer complacía a esos hombres y que la necesidad la empujó a ese trabajo. No escuchaba las bocinas de los vehículos, los motoristas lo maldecían, pensaban que estaba loco. Frustrado, se acercó al puente. La gente se preguntaba que qué iba a hacer. Manolo no recordaba cuando se acercó al puente mirando al precipicio, con una paloma dibujada en su cuerpo. Nadie impidió nada. En el velorio de Manolo, los comentarios de la gente y el murmullo trasformaron a su esposa, lloraba y sólo decía, por qué lo hiciste Manolo y golpeaba el ataúd diciendo, no podrás conocer a tu otro hijo.




ESTEFANI PÉREZ RAMÍREZ
10 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Un hombre muy pobre andaba por la avenida a toda velocidad, descalzo y desnudo, pero había una mujer, y salió corriendo hacia una tienda. Manolo, al ver toda esa ropa, le preguntó ¿usted me puede regalar una ropa para vestirme? entró al vestidor y salió muy contento y las personas decían: ese no es manolo, porque está muy cambiado, fue a su casa, su hija y su mujer se sorprendieron. Manolo, por qué estás vestido así? y él respondió: me la regalaron en una tienda llamada Tienda Salomón.





GÉNESIS ÁLVAREZ MARTÍNEZ 
10 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Manolo era un hombre que andaba corriendo por las calles del barrio. Un día iba desnudo en la calle para encontrar imaginación para su arte.  Cuando regresó a la casa, el niño le dijo: “tú vives soñando despierto por las calles, corriendo, desnudo” La mujer se moría de hambre, porque Manolo se pasaba todo el día corriendo. Un día manolo se acostó en un colchón viejo y se hizo pipí, a la mañana siguiente despertó mojado, ahogándose.





ELIANNY MAIROBY VELOZ  
 9 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Su esposa tenía que trabajar, cuando se hizo una prueba de embarazo, Manolo se  consiguió un trabajo, pero era un hombre muy pensativo, entonces la esposa no aguantaba, Manolo ni se bañaba, porque lo habían botado del trabajo. 










ORIANNY YASMIN BRITO
11 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Manolo era medio loco, era un hombre con la cabeza redonda como un rolo. Manolo era un hombre con mala suerte porque lo botaron del trabajo por estar pensando, su jefe, algunas veces le preguntaba algo y Manolo no respondía, por estar pensando.








ROSA ALEJANDRA FAMILIA
12 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Manolo iba corriendo por la calle, sucio y sin bañarse, con los pantalones rotos y sin camisa, descalzo, porque lo botaron del trabajo, por pasar el día entero soñando ser un pintor famoso y que todo el mundo lo admirara, cuando se dio cuenta que su mujer estaba embarazada, casi se vuelve loco, no sabía qué hacer, ya que no encontraba dinero ni para comer, cuando el niño nació, ahí era que Manolo se quería morir.





NIURCARY YANELLIS BRITO SOTO 
Noviembre 16, 2001. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte


Manolo había sido un hombre muy pobre, que no tenía qué darle a su familia, pero había una cosa que era muy importante para él y su esposa; su hijo que había nacido ese día. Un niño que nació con hambre. El papá decidió irse de la casa porque le daba vergüenza no darle comida a su familia, pero se encontró en un patio una gallina y antes se había encontrado unos fósforos. Se había imaginado algo, compartir con su familia y su esposa no estaba ahí. A Manolo lo habían firmado en un trabajo y así fue un pintor del barrio. Su niño ya no pasaba hambre, ni su esposa.





RUBY CHANTIEL CABRERA
 9 años. Mi barrio en letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte.



Manolo, el pintor del barrio, vivía pintando, hasta que un día lo sacaron del trabajo, entonces empezó a correr como loco.












WILDIANA ANGELINA MARTES
9 años. Mi Barrio en Letras Calle Duarte




Manolo el pintor era un hombre que trabajaba tanto que llegaba a las cuatro de la mañana y se iba a las cinco y su esposa lo botó de la casa. Manolo hizo una casa de zinc, llovió mucho y el río subió, se le derrumbó, y le cayó encima.










YAIDENI BENS TEJEDA
Octubre 20, 2000. Mi Barrio en Letras Calle Duarte, Madre Vieja Norte




Él era un hombre soñador, pero por estar soñando lo despidieron del trabajo. La esposa estaba embarazada y tenía tres niños y cuando se dio cuenta de que a Manolo lo despidieron del trabajo, ella lo botó de la casa. Manolo no sabía cómo se iba a mantener. Comenzó a comprar varias cosas pidiendo prestado para mantenerse y vendió la casa, después compró un apartamento, se volvió rico y murió.








El poeta Rannel Báez, al momento de introducir el taller, AZUA.
 

TALLER DE ESCRITURA CREATIVA,
IMPARTIDO EN AZUA,
 Proyecto El Sur Cuenta




ACIA CESARÍNA MARTÍNEZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua, Proyecto El Sur Cuenta



Manolo era muy pobre, vivía en una casa techada de palma. Lo poco que conseguía sólo le alcanzaba para comprar pan y liquido. Y cuando el líquido se le terminaba no podía seguir limpiando zapatos, pensaba cómo se haría. Su mujer en casa quería comprarse una blusa nueva porque ya se acercaba diciembre. Uno de esos días llegó un señor y le preguntó: ¿usted es Manolo? Y él le contestó: Sí señor, para servirle. Le tengo un trabajo que le será de mucha ayuda. Como chofer,  y Manolo se fue a trabajar.




ALEXA NUÑEZ ROJAS
15 años. Taller de Escritura Creativa, Azua, Proyecto El Sur Cuenta


Manolo trabajaba en la panadería. Un día fió unos panes y no se lo pagaron. El dueño de la panadería lo canceló. Manolo tenía la idea de ser pintor. Todo lo que conseguía era para comprar pintura y pinceles, y al botarlo del trabajo quiso volverse loco. Empezó a correr descalzo y sin polochert por las calles y su familia detrás gritándole que se detuviera. Pero en su mente Manolo sólo pensaba en cómo iba a mantener a su mujer que estaba embarazada. Siguió corriendo sin detenerse y al fin llegó al puente. Sin pensarlo, se tiró y quedó inválido. Entonces empezó a pintar y a vender sus cuadros.




ASHLEY  NUÑEZ
11años. Taller de Escritura Creativa, Azua, Proyecto El Sur Cuenta




Pasaron muchos años y el niño seguía buscando a su padre por las calles de Azua. Al fin alguien le dijo que Manolo estaba preso. A Manolo le dieron cinco años de prisión. El niño no podía hacer nada por él. Pasaron los años y Manolo salió. Cuando a Manolo le avisaron que su hijo había tenido un accidente salió corriendo al hospital. Su hijo estaba inconsciente. Tenía muchos pelados y su padre no lo reconocía.






BESTHEL CESARINA ANTUNA
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




El niño le preguntaba por su padre. Ella le contó la historia. Manolo era un hombre que soñaba con ser pintor, pero no tenía los recursos para realizarlo. Cada vez que tu padre conseguía un peso era para comprar pintura. Pero un día a tu padre lo cancelaron del trabajo y para colmo yo estaba embarazada de ti. Al decirle a Manolo que estaba embarazada, él se levantó de la cama, se volvió loco y salió corriendo. Paró a un motoconcho y le pidió que lo llevara al puente. Manolo no tenía un peso para pagarle, entonces el concho lo quería matar. En fin hijo, es todo lo que sé.




CANDY RAFELINA MORILLO
14 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo se levantó temprano para ir al trabajo. Cuando llegó se encontró con semejante sorpresa, lo habían despedido. Manolo no dijo ni hizo nada, sólo bajo su cabeza y se marchó. Iba en la segunda cuadra, cuando pensó en su más profundo sueño, pintar en un cuadro la más hermosa de las pinturas. Pero como era tan pobre que sólo podía encargarse de sus 25 hijos, más el que venía en camino, no podía seguir soñando. Entonces fue al Parque 19 de Marzo donde trabajaban algunos de sus hijos limpiando zapatos y les dijo: “me votaron”. A la mañana siguiente fue decidido a todo y cuando llegó al puente de Azua, se lanzó, pero como era tan bajito, sólo se partió una pierna. Cuando despertó encontró un millón de pesos.





CRISTHIAN DÍAZ
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo el pintor del barrio era el pintor de los mejores cuadros. En aquellos tiempos, para inspirar sus cuadros salía a ver las montañas y la ciudad. Pobre joven, tenía la esperanza de que algún día sería famoso a través de sus cuadros, se enloquecía y vendía todo para comprar sus herramientas. Salió a las calles buscando trabajo, buscaba y buscaba y nadie le escuchaba.  Pero una mañana de cálido sol, se encontró un señor llamado Pedro que le dijo: qué sabes hacer Manolo? Yo sé trabajar en panadería, pero lo que más sé hacer es pintar. El señor era dueño de la empresa más grande de salsa de tomates. Pedro le dijo: Te daré trabajo Manolo. Manolo aceptó. Fue pasando el tiempo y en el barrio comentaban, “pero hace tiempo que no vemos a Manolo”. Y Manolo subía de nivel en su trabajo, hasta que un día el señor Pedro le dijo: le pondré una panadería para que la administre. Y Manolo aceptó, usaba el dinero que ganaba en aquel trabajo para comprar lo necesario para su pintura y llegó a tener una gran galería de arte.





CRISTIAN ELIEZER
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo era un hombre muy bueno. Quería pintar mucho para alcanzar sus metas, porque era un infeliz que no tenía nada. Se compró una casa pequeñita, porque no tenía con qué comprar una grande. Antes vivía en la calle. Cinco años después consiguió dinero y se compró una casa más grande. Dos años después llegó a ser millonario. Se compró una casa más grande, un carro marca Honda Civic 2010. Y las chicas que no lo querían lo quisieron porque tenía mucho dinero.





DIEGO FELIZ MENDEZ
11 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo un día después de pintar el cuadro en su casa se dio cuenta que su mujer estaba embarazada. Entonces fue corriendo, como un desesperado, se cayó y  se mató. Y la mujer, trabajaba trapeando, barriendo pisos, y cocinando para mantener a sus hijos.







DIGNA ANABEL RAMÍREZ
11 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo, el pintor del barrio, soñaba con ser famoso, pero era pobre y el dinero que tenía no era suficiente para comprar los materiales. Tenía tres niños y dos esposas, un hijo con la amante y dos con las esposas. Estaba loco, no sabía qué hacer, la  amante estaba embarazada. Se tiró del puente sin saber cómo era su hija, la niña se dedicó a recoger basura en el parque.







DORIMAL AGRAMONTE
14 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Mientras caminaba por las calles, vi a Manolo cruzar. Lo vi muy triste, lo llamé y me puse a conversar con él, le pregunté por su familia y me contestó: Ya tú sabes, no tengo trabajo, mi esposa está trabajando, mis cuatro hijos están limpiando zapatos. Yo le dije: ¿cómo que tú estás sin trabajo? Sí, me botaron por estar soñando. Pero si soñar no cuesta nada. Yo sé que soñar no cuesta nada, por eso yo quiero algún día ser un gran pintor.





EDUARDO ANTONIO GONZALEZ
14 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo era un hombre que quería ser pintor. Tenía un trabajo. Un día lo botaron y no sabía cómo mantener a su familia. Tomó un motoconcho y después que iban por el puente, se dio cuenta que no tenía dinero para pagarle. El motoconcho le dijo: ta´bien, me lo pagas después. Manolo se quedó agarrado de la barandilla del puente como un maco. ¿Y cómo será la vida del hijo de Manolo? Será así: él vendería empanadas, después skinmice, después será limpiabotas. La esposa de Manolo estudiará, limpiará casa como una Cenicienta.






ELIANNY GERARDO BELTRE
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo, un pintor de barrio muy conocido, estaba desesperado por hacer una pintura que lo hiciera famoso, pero llegó un día que a Manolo lo despidieron del trabajo y su esposa había quedado enferma. Su familia no vivía en ese barrio, no tenía quién la atendiera. Como a Manolo lo despidieron del trabajo se quedaba todas las tardes y las noches cuidando a su esposa. Manolo estaba cansado y se fue a la carretera, en ese momento no quería vivir. Pero llegó un amigo y le dijo a Manolo ¿qué haces? No, nada, que ya no quiero vivir, le dijo. ¿Por qué no quieres vivir? Porque me despidieron del trabajo. Mi esposa está muy enferma. No tengo dinero para atenderla. ¿Pero por qué no pides un préstamo? No, Juan, ¡más deudas de las que tengo! Oye Manolo, te prestaré todo el dinero que necesitas, pero tienes que prometerme que no harás más tonterías. Te lo prometo. Cuando Manolo llegó a su casa su esposa estaba bien. Manolo pagó todas sus deudas. Volvió a su trabajo e hizo el dibujo que tanto quiso y se volvió rico.




ELISANDRA RAMIREZ
14 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Su afán era ser el pintor más famoso del mundo. No se interesaba en el futuro de sus hijos y de su mujer. Pobre Matilde, qué sería de ella si Manolo no deja el afán de hacerse el famoso pintor. Qué pasaría con los niño, con ella y el bebé que llevaba dentro? Manolo tal vez, en su imaginación, no pensaba en el futuro de sus hijos y de su mujer. Su sueño era convertirse en el famoso pintor de Azua. ¿Qué pasaría con sus hijos, su esposa? Son las 9 am, Manolo se encuentra en la azotea de su casa pensando qué hacer con el gran cuadro que lo llevaría a la fama. Pobre Matilde. 11:00 a.m. Manolo todavía en la azotea  pensando si podía inscribirse en la academia de pintura y así poder ser el famoso pintor. No lo pensó dos veces, atravesó el Parque Duarte y al lado estaba la academia que  lo haría famoso. Pasaron los años y Manolo prosperó gracias a Dios y a un amigo que le pagó las cuotas que debía en la academia, se hizo el pintor más famoso de Azua.





ERICK JOEL SANCHEZ
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo es un hombre pobre y pintor. Tenía un problema con la pintura y es que el trabajo de limpiabotas no le  daba para mantenerse. Buscaba trabajo de pintor pero no lo conseguía. Así que decidió pintar un cuadro pero esto no le daba lo suficiente y siguió como limpiabotas.









EDWIN ALEXANDER VOLQUEZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Un día a Manolo le pasó algo terrible, perdió su trabajo y para completar, siete hijos y su esposa esperando un hijo más, Manolo pensó en todo, hasta en suicidarse, pero morir sería una tontería e incluso, una cobardía, y con ocho hijos para darle comida. Manolo, corriendo en las calles de la culpa, salió a buscar trabajo pero no encontró,  llorando decía: lo único que sé es pintar. De repente aparece con un pincel, pintura e incluso un cuadro, pintó el mejor cuadro del mundo, ya no tuvo que deambular en las calles, porque encontró con qué mantener a su familia.





ESTEFANI ARVELO RAMIREZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




El pintor de mi barrio soñaba con ser famoso y que sus cuadros se vendieran. Hubo un día en el que salió a vender sus cuadros y nadie le compró nada. Así que fue desesperado y pidió un concho que lo llevara al puente porque él se quería tirar, no pensó en su familia. Qué sería de ellos, si un padre no está en la casa, si la madre queda embarazada y diera a luz, el niño saldría a limpiar zapatos en el parque o a pedir limosna. 






FRANCISCO BARREIRO FERRERA
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo, que soñaba con ser un pintor y del tiro irse a la fama y dejar la pobreza, por su inquietud perdió su trabajo, su esposa estaba embarazada, pero Manolo no lo sabía. Corrió hacia la montaña por las calles sin escuchar a nadie, quitando lo que se le atravesara en el camino. Y le decían: Manolo, no lo hagas, no te lances al vacío, cuidado con los autos. Pero no escuchaba. Un auto lo atropelló, cayó al vacío y su esposa, al Manolo morir, tuvo que vender skimice. Nadie sabe si los cuadros de Manolo, cuando vivo se vendieron, después de muerto sus cuadros tuvieron fama.  




GENESIS ARIANNA TERRERO
11 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo desesperadamente, muy preocupado porque no tenía qué darle a su esposa ni a su hijo, porque lo despidieron por andar como loco, porque quería pintar. La esposa de Manolo se tenía que quedar en la casa de una tía porque no tenía con qué mantener a sus hijos y su casa después hasta la quisieron vender. A lo mejor los hijos de Manolo pensaron que cuando él se repuso y se puso para que lo chocaran, fue porque los niños pensaban que su padre no los quería.



JESÚS NICOLÁS LÓPEZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta





Manolo andaba conmigo y me dijo: yo quiero ser modelo. Y nada más quería comer conrflake con leche. Lo contrataron en Europiel para ser modelo. Le dije: Manolo, vamos a comer mondongo. Vamos. Y nos fuimos, comimos y nos fuimos a dormir porque era tarde de la noche. Luego lo llamaron de Europiel para hacer  un catálogo, cuando fue le dijeron: Manolo, estás sobre peso. Le pusieron una faja y se la quitó en pleno catálogo. Nadie se dio cuenta. Cuando salió al público que vieron eso, a Manolo lo botaron de Europiel, le compensaron. Y saliendo de la oficina lo atracaron. 




LIZMARY FELIZ PATRICIO
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo trabajaba en una tienda, pero él no  atendía a los clientes, sino que sólo atendía a su pintura. Un día se dieron cuenta que Manolo no atendía a los clientes y lo botaron. Fue a otro trabajo y lo consiguió. Un día llegó a su casa y la mujer le dijo: ¿qué  te pasa Manolo? No me pasa nada. Y Manolo gritando y la mujer preguntándole: Manolo, ¿qué te pasa, qué te pasa Manolo? y Manolo, que no pasa nada, ¡por amor de Dios, no pasa nada!




LOUISSIANNYS VARGAS PINALES
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta





Una vez un hombrecito llamado Manolo era un pintor y aparte de eso era muy pequeño. Manolo vivía en una pequeña casa de tablas y no tenía trabajo. Fue al parque de Azua y vio una pequeña avecilla. “No te muevas de donde estás” y la dibujó. “Tú y yo vamos a ser muy buenos amigos”. Y dijo Manolo, en su mente, “voy a vender mis cuadros”. Y se los enseñó a varios niños, los enseñó a pintar y así creó una escuela de arte para niños,  arregló su pequeña casa de madera, y fue feliz.





LOURDE MARISEL RAMIREZ
15 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Un hombre llamado Manolo, vivía con sus dos hijos y su esposa llamada Matilde. Ella esperaba un hijo, él trabajaba en una fábrica, un día su jefe le entregó una carta que decía “Estimado Manolo, ya usted no está en servicio”. Pero él tenía un sueño, tomó sus pinceles y su pintura, comenzó a pintar. Pintando recordó la carta que le había entregado el jefe, pero la guardó en secreto. Un día su esposa le dijo: Manolo, ya levántate, vas a llegar tarde. Él dijo, llorando: Matilde, me despidieron. ¡Qué, esto no es posible Manolo! ¿Cómo vamos a conseguir dinero para comer? Un día Manolo salió enfurecido, preocupado, se fue al puente, escalando las columnas. La gente le gritaba pidiéndole que bajara de ahí, por amor de Dios. Él se hacía el loco y en la cima abría sus brazos, le dijo a su esposa Matilde: cuida a mis hijos y diles que siempre les he amado. Estaba seguro de lo que estaba haciendo, pero pensaba en su sueño al momento de abrir sus brazos, se tiró. Tiempo después la gente preguntaba cómo una persona con sueños pudo suicidarse.  Yo veía el puente y recordé alguien que un día quería ser un gran pintor, por eso se llamaba Manolo, el pintor del barrio.



LOURDES YASMIN RAMIREZ
14 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Un día un hombre muy trabajador decidió dejar su trabajo y dedicarse a la pintura.  Dejó su viejo trabajo y comenzó uno nuevo. Cuando la esposa se dio cuenta que había dejado el trabajo le dijo: ¿y ahora con qué nos mantendremos? Ese trabajo lo dejé por la pintura. Pintaré. Me gusta mucho la pintura, más que otra cosa. La esposa de Manolo dijo: Ahora sí que en vez de mantenernos, mantendrás tu trabajo de pintura, comprando telas, pinceles, marcos. Pasado un tiempo la esposa de Manolo quedó embarazada y Manolo no sabía qué hacer con las deudas. Ya había vendido lo poco que tenía. Un día tuvo un sueño en el cual pintaba un hermoso cuadro. Despertó del sueño y le dijo a su esposa: Mujer, no te preocupes que saldremos adelante. Sucedió que un día salió de casa, de tantas deudas salió sin rumbo. Horas después llegó un viejo amigo y le preguntó a su esposa por él. Su esposa, sorprendida, “!no está en el taller de pintura!” Ya era cerca de las cinco de la tarde y Manolo no había regresado a casa. Una niña lo vio que andaba paseando por el barrio. Y sorprendida corrió a decírselo a Matilde. Matilde corrió en seguida y cuando llegó le dijo: ¿qué haces aquí? Él le respondió: Voy a tirarme al agua. Ella, muy solloza, le dijo: “y este niño que está por nacer qué será de él y de mí”. Manolo, sin pensarlo, se tiró.



LUIS DAVID MATOS
15 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Cuando el concho lo llevó al puente, Manolo no tenía con qué pagarle. El concho al verlo tan nervioso le dijo que ta´ bien, que dejara eso así. El concho le preguntó que qué iba hacer en el puente,  y Manolo le dijo que iba a pensar. El concho le dijo: No importa ser pobre, lo que importa es tener fe.







LUIS MANUEL VICIOSO
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo trabajaba de cartero, y en su primera entrega un perro no se lo comió de chepa, después renunció y se dedicó a la tapicería, la primera vez que fue a hacer la primera entrega también tuvo una mordida. Manolo estaba arreglando un mueble y le puso un cojín mal. La tela se la puso mal también; se dedicó a hacer salchichas, también le fue mal; se dedicó a la pintura y también le fue mal.  






MARIA ESTHER PÉREZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta





Manolo trabajaba como profesor de una escuela. A Manolo le gustaba pintar mucho y nada más pensaba en eso, por lo que lo cancelaron de la escuela. Al no tener trabajo estaba desesperado. Su esposa estaba embarazada. Ella creyó que él salió a buscar trabajo. Cinco minutos después lo vio correr como loco. Ella, preocupada, lo llamaba. “¡Manolo vuelve a casa por favor! Pero él no le entendió, y siguió desesperadamente corriendo y cayó, quedó inválido y el cuadro que tanto quería, no lo pudo terminar.



MARGARITA LISSELOT PATRICIO
11 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta





Manolo estaba en el parque y se le ocurrió pasarse por ciego para conseguir más dinero. Le dijo a una señora: por favor, ayude a este pobre ciego. Y la señora le creyó, le dio una limosna. Manolo se fue a su casa, pero en el camino lo atracaron, le quitaron la limosna y pensó, cuando pasó por el puente, tirarse, pero luego pensó en su hijo. Si me tiro mi hijo quedará sin padre. Me iré a buscar un trabajo. En  todos los sitios le decían que no le iban a dar trabajo.



MARIA ALTAGRACIA PEREZ
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



Manolo, desesperado, corrió y corrió sin hacerle caso a nadie.  No sabía de él. Lo que quería era morirse. Desesperado se subió al puente. Cualquiera pensaría que  la familia de Manolo iba a ser famosa pero no fue así. Nadie se acordó de Manolo, ni siquiera de Matilde su mujer.



MARIANNY MATOS
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta



…Y cambiando un poco el tema, el motoconcho le dio un golpe y lo llevó a la cárcel, porque no le había dado el dinero, Manolo le dijo con tristeza: perdóname, yo no tengo ni un peso, ni siquiera para alimentar a mi mujer, y ahora creo que está embarazada de trillizo, no tengo dinero para mantener a mis hijos. Se escapó de los guardias, se trepó sobre el puente rápidamente, como si fuera un lagarto. Todas las personas se acercaron y lo vocearon: por favor Manolo, no te tires, y menos ahora que tu mujer está embarazada de trillizos. Manolo le dijo: Cuiden bien a mi mujer, a mis tres hijos y a los que vienen en camino, que dios los bendiga y los proteja de la pobreza.



MIGUELINA BAÉZ FELIZ
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta





Manolo nunca faltaba a su trabajo. Pero se distrajo entre los números de la lotería y se le olvidó que tenía que llegar temprano. Pensó que faltar un día al trabajo no sería nada, que su jefe no lo regañaría. Pasaban las horas y Manolo no llegaba. Su jefe estaba muy preocupado y sus compañeros, pensaron que le había pasado algo. Pero que no haya llamado para decir qué le pasó. Seguían pasando los días y Manolo no asistía al trabajo. Su esposa no sabía nada. Manolo no llevaba dinero a la casa, pero su esposa no se imaginó que él gastaba el dinero en la lotería. Cuando Manolo decidió regresar a su trabajo, no pensó que lo fueran a botar. Manolo no imaginaba cómo le daría la noticia a su mujer que estaba embarazada. Estaba cada vez más desesperado y de pensarlo a Manolo le dio un infarto.



PATRICIA MINERVA GERALDO
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Cuando Manolo dejó de trabajar, su mujer le daba todo, y todo lo que ella le daba él lo utilizaba para sus cuadros. Luego su mujer salió embarazada y tuvo que ponerse a trabajar por que su esposo, Manolo, era muy pobre y se tiró del puente. Su mujer empezó a pasar mucho trabajo para mantener a sus hijos, porque no es fácil cuando el esposo muere, que la mujer se queda sola y más si está embarazada como en este caso. Es una historia demasiado dolorosa porque ese hombre no pensó lo que la niña iba a ser y qué vida le esperaba. Esta es la historia de un pobre hombre. 


ROSVIANNA JOSEFINA BARREIRO
15 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Un pintor llamado Manolo, estaba empeñado en realizar una obra de tal magnitud, que le ayudase a salir de la pobreza. Al sentir esta impotencia que lo arropaba, Manolo sentía una tristeza tan grande al no poder sacar a su familia adelante, esto le ocasionó un trastorno y se volvió loco. Salió corriendo hacia el horizonte sin pensar en más… ni en su casa, ni en su familia, ni siquiera en su propia vida. Manolo estaba fuera de sí. Corriendo sin césar hasta llegar a un abismo. Se detiene un momento y escucha: ¿por qué huyes de tus problemas? ¿Por qué le pones cara de cobardía a las vicisitudes? ¿Qué es esa voz, por qué me habla? La voz le seguía diciendo: No debes dejar que la ira se apodere de ti, ni de tu conciencia. Debes afrontar tus miedos con valentía e inteligencia. Entonces Manolo pensó: Si me tiro no resolvería mis problemas. Al contrario le crearía un problema a mi familia.


VERONICA GUZMAN
13 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta


Cuando Manolo llegó a su casa y vio a sus hijos  y a su esposa durmiendo, muerto de cansancio se dijo: me duele mucho ver a mi familia sufrir así por causa del dinero, pero yo seguiré soñando.


YAMILET REYES RODRIGUEZ
16 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Raysa y Manolo

Preocupada por la precaria posición  en la que se encontraba su familia, Raysa caminaba por las calles, mientras las señoras le gritaban: Detente, ¿hacia dónde vas? ¿Qué pasará con tu familia? No escuchaba las voces de sus cinco pequeños que le rogaban que se detuviera, pero al observar la palidez del más pequeño, que estaba delirando en fiebre, Raysa continuaba caminando hacia el abismo sin detenerse. Escuchó la voz de Manolo, el pintor, también desesperado, escapando de los problemas. Raysa y Manolo escuchando la voz de los moradores de esta comunidad, caminaban hacia lo que sería el fin de sus vidas. De repente escucharon una voz que les decía: la vida no termina aquí y los problemas son parte de ésta, una vida sin problema no es vida.


YANNA PÉREZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Un día le vino una idea a la cabeza, y fue ponerse a vender paletas en la calle, ya por lo menos tenía con qué comer. Una vez le vino un pensamiento malo a la cabeza, fue tirarse de una segunda, pero su esposa le vio las intenciones y no se lo permitió, gritó socorro, corran que Manolo se quiere matar. Entonces la gente comenzó a ayudar en casa de Manolo y comenzaron a convencerlo hasta que Manolo reaccionó y nunca le faltó comida en su casa.



YESENIA PEREZ VARONA
16 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo era un hombre aproximadamente de 35 años. Tenía una esposa y dos hijos, los cuales se parecían a Manolo. Él era de estatura media, mulato, ojos canelos y el cabello rizado. Era mecánico, pero su gran pasión era pintar, le encantaba dibujar, hasta con el aceite quemado de motor dibujaba en las paredes. Su sueño era hacer una obra de arte que lo hiciera muy famoso, y con mucho dinero saldría de la pobreza. Todo lo que conseguía lo utilizaba para comprar sus utensilios de pintura para pintar su famosa obra de arte. Su jefe Andujar, le vivía advirtiendo que lo despediría si no cambiaba de actitud, a lo cual no le hizo caso, hasta que un día su jefe no pudo más y lo despidió. Manolo, al verse acorralado, lleno de temor, llegó a su casa en menos  de un segundo. No se imaginaba lo que su esposa le iba a decir cuando llegara. Su casa era humilde, de madera, sencilla, pintada de azul cielo y ventanas blancas, tenía una jardinera con dos o tres flores, por dentro había dos habitaciones, un baño, una cocina, etc. A pesar de su enorme pobreza, todo estaba organizado.  Su mujer lo esperaba en la  casa para decirle dos cosas. Cuando en el momento menos esperados apareció Manolo en la puerta, muy nervioso, entonces la mujer le dijo: no sé qué hacer, no hay nada de comer y los niños tienen mucha hambre, y a que no sabes… estoy embarazada. Al oír esto, Manolo pensó que lo único que tenía que hacer era irse corriendo y así lo hizo, no se lo pensó demasiado y corrió al puente más cercano. Al pasar la gente le decía muchas barbaridades, la cual le hundían más la moral. Al llegar al puente se subió a las barandillas y  cuando ya estaba dispuesto a saltar, se acordó de unas palabras muy hermosas que su mamá le decía: “antes de desmayar, recuerda que eres muy especial y que tienes un arte potencial para vivir y dar lo mejor de ti, no permitas que nadie te quite lo que te pertenece, y mucho menos tus sueños”.   



YORDIS ALEXANDER NUÑEZ
12 años. Taller de Escritura Creativa, Azua. Proyecto El Sur Cuenta




Manolo soñaba con su pintura y que llegaría a ser famoso.  Pero a Manolo su pintura no le servía de nada porque la gente del barrio no se las compraba. Pero Manolo, de pintor, se convirtió en zapatero, pero los cuartos que ganaba no le servían para mantener a su familia. Después de eso se convirtió en panadero. Lo que ganaba en la panadería no le servía de nada. Manolo vio que no tenía dinero para mantener su familia, salió corriendo al puente.




Ilustración: Domingo Guzmán




TALLER LITERARIO CENTRAL
ANIBAL MONTAÑO

7 Días con el Cuento en la Radio, Magis 98.3 FM.



MARLEX INDHIRA RODRIGUEZ
(1991, San Cristóbal, RD). Taller Literario Central Aníbal Montaño

¿Cómo se pintan los cuernos?

Te sientas en el sillón, sabes que debes hacerlo, pero tu mente se niega a dejarte. Te laten las sienes y piensas en Chichí, el motorista chiquito y fresco con el que Matilde te  pinta los cuernos. Te pasas el pulgar como tratando de quitar el dolor y en tu intento crees que también adulas a tu cerebro para que empiece a funcionar como funcionó Chichí, la tarde que escuchaste por primera vez los chillidos de Matilde a causa de sus  embestidas. Cierras los ojos y oyes que algo suena, pero no sabes si es la explosión en tu cabeza o la voz de Chichí voceando a Nanci, tu hija (que por cierto es igualita a él), para llevarla a la escuela porque se está haciendo tarde y cinco para las dos y tú que suspirando agarras el pincel y procedes a pintar.

Manolo

Manolo, ¿no será que en tu intento de pintar el barrio, el barrio te ha pintado a ti con historias del loco que se cree pintor?   




YSABEL FLORENTINO ROMERO
Febrero de 1981, San Cristóbal, RD. Taller Literario Central Aníbal Montaño

El rostro de Matilde

Yo lo vi sacar uno tras otro, los bocetos que por años había hecho tratando de conseguir el rostro de Matilde. No lloró, aunque se le posó un nudo en el alma. Yo sentí su nostalgia en el pecho, como sentí las ganas que le entraron por pintar el rostro de su Matilde. Quería terminar ese retrato que inició tantas veces y que ahora lo tenía tan claro en su mente, que el sólo hecho de pensar en ella lo dibujaba en el aire. Pero tenía que pintar la cruz antes que la claridad del día le ganara. Era una carrera que debía ganar por los dos, por él, por ella y ahora  por mí. Manolo el pintor del barrio no recordaba el nombre de la persona que debía pintar. Y si no le ponían la cruz al santo que pasó a mejor vida, jamás descansaría, se quedaría deambulando en el mundo. Lo raro de todo esto era que a Manolo no se le olvidaba el nombre de ningún muerto. En su mente había una batalla entre la ansiedad de terminar el retrato de Matilde y pintar el nombre en la cruz. Se olvidó de la dichosa cruz, tomó el lápiz 4b y el papel Canson. Trazó una línea tras otra hasta concluir con el retrato. Estaba feliz, había terminado, ya no era un simple boceto del rostro de Matilde, era Matilde encarnada. Una luz atravesó su memoria, el lápiz cayó de su mano con una mueca en su rostro al tiempo un grito rasgó sus labios, “¡Matilde!” La llamó para que se viera, pero Matilde jamás lo escuchó.




RAMÓN ANÍBAL MESA
1976, San Cristóbal, RD. Taller Central Aníbal Montaño

1. Dibujo al natural, acuarela.
Terminamos la sección de dibujo haciendo el amor, como todas las noches al regresar del trabajo, yo posaba y él pintaba, sin importar que no hubiera cena, ni un pan ni el milagro de los peces para multiplicarlos; yo posaba y él pintaba; aunque no hubiera vela para alumbrar ni para espantar los fastidiosos mosquitos que se bebían nuestra sangre, nuestros sueños; yo posaba y él pintaba; y así fue que perdí el pudor y mi imagen se perpetuó en la memoria de todos los hombres del barrio.

2. Técnica mixta.
Cuando Manolo se cortó la oreja y corrió por todas las calles polvorientas del barrio  con la oreja en la mano y el sangrero bañándole la cara, no fue porque lo despidieron del trabajo en la zona franca por iluso, por estar soñando siempre despierto, ni por no escuchar a los críticos retrógradas que rechazaron su cuadro en la última bienal; se la mochó para demostrarle al barrio que no le interesaba escuchar a los chismosos  despellejándonos por mis recientes aventuras en las noches a orillas del río, mientras él trabajaba. Por eso subió a lo más alto de las barandillas del puente, sin importarle el griterío ni la muchedumbre ni la sirena ni los carros chirriiiiiiando las gomas.

3. Naturaleza muerta.
¿Acaso no es el mundo el que huye de ti Manolo? ¿Acaso no son ellos los que  simulan no acordarse de ti, y huyen, cobardes, desquiciados, impotentes ante su incapacidad de soñar. Prefieren suicidarse día a día transitando sobre este puente, sobre estas calles, en este barrio, en esta ciudad, en este caos existencial. Es que han olvidado tantas cosas de ti Manolo, tantas imágenes se les han borrado de golpe, como los círculos concéntricos en el agua cuando cayó papá.



JESÚS CORDERO
Diciembre de 1977, San Cristóbal, RD. Taller Central Aníbal Montaño


1. Héroes del caliche
No debimos crecer Manolo. Debimos quedarnos sentados sobre el caliche, a orillas del río, arrojando las piedras que dejaban los círculos. Siempre lo dije Manolo, estas muchachas no comen con arte. Nunca aprendiste que para ser grande  en el barrio, hay que ser motoconcho, carretero, friturero, cobrador de guagua  o lavador de carros en la avenida; que   para ser importante  y que alguien te mire y te nombre del coro, debías tener tatuaje, afro sin peinar y algo pa´yerba en los bolsillos. El arte es una mierda Manolo, repetían tus vecinos, cuando llovía y el río, como de pique, nos devolvía en agua,  muertos y lodo, las piedras que lanzábamos.        


2. Para eso están los libros.
El arte no se ignora Manolo, el arte está allá afuera. En la hora de acercarte a demostrar, según tu punto de vista, cuál era la forma, cuál era el fondo.

                 
3. No debió crecer
El barrio no debió crecer, largo como el río, si como quiera se iba a morir, sobre el puente, a la misma velocidad con la que cayó Manolo.




ALEXY AYBAR
(1991) Padre Las Casas, Azua, RD. Taller Central Aníbal Montaño



Manolo, tú, Matilde y yo 

1. Manolo era un zángano y no lo dudo, su forma de ocultársele a la policía y a don Pedro era perfecta. Recuerdo cuando financió el motor y no pudo pagarlo, lo buscaron en todo el barrio y Manolo, convertido en tocón en el patio, sólo yo lo veía porque estuve ahí cuando hizo el pacto, como todas las noches cuando salía desnudo y ensangrentado a pagar su deuda. Pero todo cambió cuando Mesa le metió esa estúpida pintura por los ojos. Ya ni cumplía con el pacto, sólo se concentraba en hacer el amor y pintar, nada más le importaba. Una noche se sintieron pasos detrás de la casa y piedras en el zinc y voces que llamaban a Manolo, quien salió corriendo desnudo y ensangrentado por todo el barrio,  de tras de algo, gritando ¡Aquí estoy! Lo siguió hasta el puente y lo atrapó haciendo círculo en el río. Después de lo ocurrido Manolo regresa todas las noches a poseerme, pero su cuerpo está frío. 


2. Y tú Matilde, que dices no acordarte de Manolo el pintor del barrio, sabiendo que fuiste tú la desgracia de nuestras vidas, que era por ti que él le daba forma a sus ideas, que eras tú la idea que Manolo siempre buscaba, y a ti a quien perseguía debajo del puente, con esos ojos llenos de caprichos. Ahora me doy cuenta que eras tú quien veía, cuando salía corriendo por la avenida enloquecido, como si llevara el demonio dentro. Ahora comprendo que el barrio tenía razón. Manolo estaba embrujado, por eso empujaba con tanta facilidad a quien se le interpusiera en su camino. Manolo quería encontrarse contigo Matilde, hacer lo que hiciste tú, morir como tú, alcanzar los círculos concéntricos, brotar desde lo más alto del puente, donde todos lo vieran, donde todos pensaran que no era más que una película, como tu vida, y traspasar los círculos concéntricos, y para alcanzarlo fuera demasiado tarde y quedarse sobre las piedras de la orilla, lleno de basura y de moscas, desnudo, boca arriba, con los ojos abiertos, como tú.

3. Manolo quería ser pelotero, comprar una jeepeta, de esa caregato, de esa que se compran todos cuando lo firman, salir del barrio y volver parao, no tener que volver al polvo sin asfalto,  darle una patá a Matilde y buscarse una americana de esas que no dicen nada en español. Negar a Matilde y a Manolito, decir que fue un accidente y no como todos pensaban, que te entregaron a Matilde porque la embarazaste, porque te acostaste con ella sin condón, y tenías que pagar las consecuencias. No te llevaste de mamá, Manolo, cuando te decía; hijo mío, un gustazo un trancazo. No te lleves de las mujeres Manolo, principalmente de Matilde, esa es un cuero y tú lo sabes, sólo está contigo porque sabe que te van a firmar, y tú te hacías de la vista gorda, seguías apegado a Matilde, la seguías viendo en el callejón a escondidas de todos. Por eso te subes al puente mirando hacia el río con ojos grises, con el bate en las manos. Las piedras atraviesan los círculos en el agua, bateas hasta no poder más,  te sientes pelotero, porque eres pelotero, ya eres un firmao. De repente te desprendes del bate, lo lanzas al río, como si te desprendieras de tu vida y te montas en la jeepeta.

4. A Manolo le dije que se marchara, que yo necesitaba un marido, no un loco, que ya estaba cansada de verlo correr embrujado y no poder hacer nada, había gastado lo poco que ganaba en la zona y tuve que empeñar los trastes para buscar la solución al problema de Manolo. No era algo común, Manolo estaba embrujado, ya lo habíamos intentado todo: ponerle velas a los santos, bañarlo con rudas, exorcizarlo, llevarlo a Haití hasta darle a beber mis orines, pero no mejoraba, todos los días era peor, ya estaba cansada de andar de brujo en brujo buscando una solución y donde quiera que íbamos todos coincidían en lo mismo: Manolo está embrujado. No teníamos más dinero y le debíamos mucho a don Pedro, quien me cobraba los favores. Doña Tatica me recomendó ir a San Juan, donde Romero el “bocó” un anciano sucio y mal oliente, parecía tener la solución del problema. Me preguntó qué quería hacer con la persona que le había echado eso a Manolo. Le pedí que se lo devolviera. También dijo que nos daríamos cuenta al día siguiente de quién era. Desde ese momento Manolo empezó a mejorar, ya no hablaba solo, no se sorprendía con las personas, parecía que había vuelto a la vida. Esa noche Manolo cenó temprano, luego hicimos el amor como salvajes, al amanecer Manolo ya no estaba,  y sentí la necesidad de correr a la avenida.   




KEREN ROSARIO
(1991) San Cristóbal, RD.  Taller Central Aníbal Montaño


Me sentía muy orgullosa de Manolo

Me sentía muy orgullosa de Manolo cuando me despertaba entre besos y caricias, a las 5.00 a.m, le preparaba el café y se iba con la cara rellena de deseos a conchar en el carro, cruzando calles y pagándole al mecánico cada vez que se dañaba y sólo venía con los 50 pesos, pal jugo con pan y si no daba, pan con agua. Yo me quedaba limpiando la casa, haciendo los oficios, a las ocho me sentaba en la silla de plástico con una pata menos, pegada en la puerta de zinc como una estúpida con la esperanza de que algún día cambiaríamos de vida. Pero Manolo llegó sin el carro, lo vendió por pintura y pinceles, porque ahora se iba a dedicar a pintar su barrio pero en su misma esencia, que nos haríamos ricos cuando los vendiera y yo le creí, pero tuve que irme a trabajar,  cuando se acabaron los guineos y las chinas que nos robábamos todas las noches para comer y ahora yo trabajaba en la casa de Don Roberto, el dueño del banco, cocinándole a ese cerdo y a toda su familia y  aguantar que me hiciera su mujer cuando su esposa no estaba,  cuando llegaba la noche hediéndome la vida  escuchaba a Manolo desvariando con los pinceles en las manos y los ojos gastados, con pintura hasta los pies, pintando cada cosa al salir de madrugada,  pintando los puntos de drogas en el barrio, las calles negras de la cañada que pasaba frente a nuestra casa y el vecino con sida moribundo en la acera, entonces amanecía frente al río, atraído por los círculos concéntricos, quedándose horas muertas  buscando la imagen, inerte, algo que hiciera que su pincel vibrara, pero esa mañana fue a buscarme a casa de don Roberto con los pies descalzos, sin franela, como loco a la deriva, tumbando a todo el mundo, abrió la puerta y allí estaba don Roberto ensuciándome los senos de semen y Manolo corrió por las calles del barrio y nosotros voceándole detrás que cuidado con los carros y él sin querernos oír, con los pinceles apretados en las manos, se dirigía al puente, con los 100 pesos que le habían dado por la última pintura en los bolsillos y tú Matilde, aunque dices no acordarte de Manolo  habrías evitado que saltara y tú también habrías saltado, si esos hombres vestidos de blanco con palabras suaves te halaran del palo y te trajeran aquí donde no puedes salir a tirarte del puente y  sigues pintando los círculos concéntricos cuando se tragaron a Manolo.




YAINA MELISSA RODRÍGUEZ
Julio de 1990, San Cristóbal, RD.


Matilde

Pero cómo que no te acuerdas de él Matilde, cómo que no recuerdas a nuestro pintor del barrio, a nuestro Manolo, si hasta en otros barrios lo conocían, y en esos barrios como en el nuestro, también pensaban que estaba loco. Cómo que no lo recuerdas, si se desvivía buscando una idea nueva que pintar. Había que verlo visto en esos últimos días caminando como un desquiciado por las calles, sorprendiéndose con todo, admirándose con todo, queriendo pintarlo todo, y tú dices que no te acuerdas Matilde, que jamás lo viste coger la guagua en la avenida para ir a la Zona, que jamás te quedaste admirada con uno de sus cuadros, con las  cosas raras que pintaba. Pobre Manolo, nunca hizo realidad su sueño, y aunque habría  dado su vida por salir del barrio, yo sé que lo amaba, que amaba a su barrio, que se quedaba como hipnotizado mirando a la  gente, a las calles sin asfalto, al río… ¡Pobre Manolo! Su vida empezó a cambiar cuando lo botaron de la Zona por pendenciero, por no ocuparse de sus labores y vivir como en las nubes. Y es que a Manolo le sobraron los sueños Matilde, se les multiplicaron hasta convertirse él en un solo sueño, un sueño en el que deambulaba por las calles pintando y repintando ilusiones. Él era un sueño Matilde, un sueño dormido que ignoraba si su hijo caminaba o no; un sueño de pintor famoso y reconocido. ¡Pobre Manolo! Dicen que los cuernos lo volvieron loco. Yo sé que no. Manolo ignoraba todo lo que pasaba a su alrededor, tenía su propio mundo, el mundo que él mismo se pintó. Pero cómo no  te acuerdas de él Matilde, dime si de verdad no recuerdas el día que te dijo al oído que quería pintarte el alma. ¡Cómo no te acuerdas del único pintor que ha  parido este condenado barrio¡ Ahora tú dices no recordarlo, pero yo sé que tú habrías corrido tras él como nosotros. Yo  sé que tú despedirías a tu cliente de turno, lo tumbarías de la  cama y correrías con nosotros y le gritarías como nosotros que se baje de ese  palo, que por amor de Dios no se tire, que era una locura. Yo sé que  tú habrías impedido que atraviese el centro de los círculos concéntricos que  engendraba el río. Yo sé que tú lo habrías evitado, y aún así, ahora dices no acordarte de él Matilde, ¿Cómo pudiste olvidar al padre de tu hijo?


ilustración Domingo Guzmán




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Taller Literario Mi Barrio en Letras Hatillo


QUIENES SOMOS:

La FUNDACIÓN LITERARIA ANÍBAL MONTAÑO, INC. (FLAM), es una institución privada, sin fines de lucro, creada por  la escritora Ysabel  Florentino y el artista plástico y escritor Ramón Aníbal Mesa, en la ciudad de San Cristóbal, República  Dominicana, con personalidad jurídica propia,  (Resolución Núm. 011ONG-08); y por tiempo indefinido, con el objetivo de promover la Literatura, el Arte, la Cultura en general y la Educación, en todos los ámbitos de la sociedad.  RNC: 430071668.

GRUPO EDITORIAL MONTAÑO
Es el proyecto editorial creado por un grupo de jóvenes publicistas y la Fundación Literaria Aníbal Montaño con la finalidad de hacer posible publicaciones creativas tanto de los integrantes de la Fundación como de personas o colectivos particulares.

BIENAL NACIONAL DEL CUENTO
Es un proyecto creado por la Fundación Literaria Aníbal Montaño con el objetivo de promover el cuento como género literario, su desarrollo y trascendencia en la cultura dominicana.  El proyecto surgió a partir de la necesidad de promover el grupo Nuevos Narradores Sancristobalenses en el 2008. La primera versión de la Bienal del Cuento se llevó a cabo en el 2009 en la provincia de San Cristóbal (del 23 de mayo al 25 de julio), dedicada al profesor Juan Bosch y reunió a más de un centenar de escritores y talleristas en conferencias, lecturas, presentaciones de libros, talleres, cineforum y publicaciones, culminando con un gran maratón de cuentos.  La segunda versión se desarrollará del 21 de mayo al 25 de julio del 2011, dedicada a la cuentística del escritor dominicano Diógenes Valdez y a la Región Sur del País.

NUEVOS NARRADORES SANCRISTOBALENSES
Es el grupo en base al cual se originó la Bienal Nacional del Cuento. La primera lectura al publico de este grupo de cuentistas fue presentada por  Ramón Aníbal Mesa en Casa de Cultura en junio del 2008, con motivo del IV Homenaje a Juan Bosch que organizara la Fundación Literaria Aníbal Montaño en San Cristóbal y que incluyó cuentistas como Yaina Melissa Rodríguez, Ysabel Florentino, Yoel Báez, Jesús Cordero y Jolaine Mojica. Una segunda lectura se presentó en la Feria Regional del Libro en San Juan de la Maguana del 2008.

EL SUR CUENTA
Consiste en una serie de encuentros, talleres, publicaciones y exposiciones, dirigidas a dinamizar el quehacer literario de las demás provincias de la Región Sur del país, con miras a la celebración de la II Bienal Nacional del Cuento, San Cristóbal 2011, dedicada al cuentista Diógenes Valdez y a la Región Sur. Los primeros talleres de escritura creativa de este proyecto la Fundación los desarrolló en la provincia de Azua.

MI BARRIO EN LETRAS:
Es un proyecto de animación a la lectura y la escritura creado en el 2008 por la Fundación Literaria Aníbal Montaño, con el objetivo de promover la literatura en los niños de los barrios de la provincia San Cristóbal.

INSTRUCTORES EN ESCRITURA CREATIVA:
Es una nueva figura en la estructura organizativa de los talleres literarios, introducida  por la Fundación Aníbal Montaño para desarrollar la Escritura Creativa. El Instructor  es un escritor con experiencia de escritura y lectura en varios géneros y con capacidad para transmitir  y desarrollar los procesos creativos en cualquier tipo de tallerista.  

GUÍA DE EJERCICIOS EN ESCRITURA CREATIVA
Es un conjunto de temas o textos implementados por los Instructores de la Fundación Literaria Aníbal Montaño para desarrollar la creatividad, incentivar a la lectura y difundir la obra de autores dominicanos y extranjeros en los talleres literarios. Solo del 2008 al 2010 esta guía aumentó a más de 40 ejercicios tanto en cuento como en poesía.

BREVIARIO es una publicación que recoge los microrrelatos o ejercicios de escritura creativa  desarrollados en los talleres de la Fundación  Literaria Aníbal Montaño. BREVIARIO ha sido diseñado para su entrega a los motoconchistas, guagüeros y chiriperos; a los bares y colmadones; así como a las escuelas, librerías, bibliotecas y centros culturales. BREVIARIO es un medio para la creatividad, para el entretenimiento… para la risa; para sorprender y deleitar a la gente común, (la gente del barrio que usualmente no lee libros).



INSTRUCTORES EN ESCRITURA CREATIVA


Ramón Aníbal Mesa, (1976, San Cristóbal, Rep. Dom.) Pintor, poeta,  narrador y gestor cultural; Vicepresidente de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, Inc., Presidente y fundador de la Bienal Nacional del Cuento; miembro y propulsor del grupo Nuevos Narradores Sancristobalenses y autor del poemario "7 mensajes sin leer" (2007)  y del libro de microrrelatos "Cuentos lacónicos" (2008). Ha realizado varias exposiciones de pintura, individuales y colectivas. Es editor de la “Colección Entre Amigos” y la “Colección Poemas para Llevar” de la Fundación Literaria Aníbal Montaño. Fue coordinador y fundador del Taller Literario “Proyección Artística 2000” y del Círculo Literario Yelidá, 1997-2004. Fue fundador e instructor en Escritura Creativa de la Red de Talleres Literarios de San Cristóbal (2004).  Fue director Provincial de Cultura (2004-2005) Fue profesor de Educación Artística del Colegio Cooperativa Loyola para el Nivel Medio (2005-2007). Presidente provisional de la Asociación de Artistas Plásticos de San Cristóbal. (2009-2010). Premio Nacional de la Juventud, Desarrollo Cultural, 2010. Egresado de Miami Dade College en Desarrollo de Liderazgo (2010)

 Ysabel Florentino Romero, (1981, San Cristóbal, Rep. Dom.)  Poeta y narradora, Presidenta de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, Inc., ganadora en tres certámenes nacionales de cuento. Pertenece al grupo Nuevos Narradores Sancristobalenses. En el 2007 impartió en la Feria Internacional del Libro, invitada por el ministerio de Cultura una conferencia titulada: “Mi Concepto del Cuento”,  y es autora de los poemarios: "Creador de Momentos" (2007).  Y “Poemas para Recordar a Abuela” (2008).  Veinte Acertijos (2009). Ángeles Grises (2010). Formó parte del comité fundador y coordinador de la 1era Bienal Nacional del Cuento, San Cristóbal 2009. Su formación como escritora se inició en el Taller Literario “Proyección Artística 2000” y el Círculo Literario Yelidá, (1998).  Instructora, fundadora y coordinadora de la Red de Talleres Literarios de San Cristóbal desde el 2004. Perteneció al Club de Historia Renacer (2005). Obtuvo un premio en Gestión Cultural de los Premios Arte y Cultura Fradique Lizardo en el (2008), en el (2009) obtuvo el Premio en Narrativa en los mismos Premios. Colaboró para el periódico El Folio del Sur de la Periodista Rita Atalia.  En el (2010) Encargada de Gestión Cultural y Literaria de la Fundación Juan Bosch. Participó  en el Festival Bi-Nacional de Poesía Bajo el Sol.

Jesús Cordero García, (1977, San Cristóbal, República Dominicana).  Poeta y narrador. Secretario de Organización de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, Inc. Miembro del grupo Nuevos Narradores Sancristobalenses y autor del libro de cuentos "Rito Circular" colección entre Amigos (2008),  y del poemario "Versos en L", Colección Poemas para Llevar (2009). Forma parte del comité  fundador y organizador de la Bienal Nacional del Cuento, San Cristóbal 2009 y 2011. Su formación como escritor se inició en el Taller Literario “Proyección Artística 2000” y en el Círculo Literario Yelidá desde el 1997. Publicó una serie de poemas en la Sección  coleccionable del periódico El Folio del Sur, titulada: Jóvenes Escritores de mi Pueblo, San Cristóbal. Tiene cinco semestres en la carrera de Filosofía y Letras, Mención Educación, en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). Es premio de poesía Joven 2010, de la Feria Internacional del Libro, Santo Domingo,  con su poemario “Debajo de Este Sol”. Coordinador de la Sexta Etapa del Corredor Cultural, 2010, del Ministerio de Cultura. Es Instructor en Escritura Creativa de la Fundación Literaria Aníbal Montaño para los talleres “Mi Barrio en Letras” desde el 2008. 



ANÍBAL MONTAÑO
(1972-2003, San Cristóbal, RD.)


Por escapar del infierno hacia el infierno
a Ramón Mesa


Antes de irte empezaré por llamarte sendero
árbol y canto seco en dos mitades de lluvia
sueño hecho en un tiempo de pedazos de tardes
que siempre cantan sus batallas
que entre pechos y paredes dicen el amor
que entre pájaro brisa y luna que se abren lejos,
es un mundo de isla escribiendo un mismo camino
siento tu sueño apagarse igual que un astro con sus luces
igual que un cometa con todas sus banderas hacia abajo
siento un sueño soñando tan solo ser.


Aníbal Montaño fue un joven poeta que nació y murió en San Cristóbal, República Dominicana, 1972-2003.  Vivió en el barrio David, Madre Vieja Norte, y se integró al taller Proyección Artística 2000 en 1997, que  se dio a conocer más tarde como Círculo Literario Yelidá, donde publicó sus primeros poemas y adquirió su formación de escritor, junto a Ramón Aníbal Mesa, Ysabel Florentino, y Jesús Cordero, entre otros.  En 1998 se matriculó en la carrera de Psicología, pero luego se trasfirió a Letras Modernas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).  Textos suyos se han publicados en las antologías: “Primera Edad de la Palabra, 1999; “Antología de Escritores Sancristobalenses” y “Antología Poética del Sur” 2007,  de Juan B. Nina.   Creía en la lectura como principal fuente de conocimiento. Fue un ejemplo de superación como tallerista y como joven escritor. Hasta el momento la mayoría de sus libros permanecen inéditos. En honor a su poética y a su amistad, hemos dado nombre a nuestra institución: Fundación Literaria Aníbal Montaño (FLAM). 





CÍRCULOS CONCÉNTRICOS
Orlando Alcántara Fernández

Ilustración: José Pelletier


(Omni-cuento cristiano).

(Mención de Honor en el Concurso de Cuento y Poesía
del Instituto Politécnico Loyola en el 1981.

Primer Lugar en el Concurso Literario
de la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña en el 1990
–certamen regional del Cibao-).


A Sandra Alcántara Fernández, mi hermana entrañable del alma.

“Dile al mundo todo lo que quieras, pero primero muéstraselo.”
John Gardner.
              


Aunque dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, te aseguro que te habrías enfurecido si lo hubieras visto correr desquiciado por las calles: en pantalones cortos, sin camisa, descalzo; irremediablemente dispuesto a todo, corriendo enloquecido como un energúmeno; y nosotros, quizás presintiendo lo inevitable: persiguiéndolo, gritándole que se detuviera, que se dejara de vainas; mientras él corría sin hacernos caso, atravesando las calles sin asfalto: con el pecho desnudo al aire, irreconocible; dejando atrás las miserables casuchas debajo del puente, a orillas del río; alejándose por las calles casi desiertas: dirigiéndose velozmente hacia la avenida; y nosotros, persiguiéndolo, intentando alcanzarlo para frustrar sus planes: sus ansias incontenibles de correr, de volar si le fuera posible; y Manolo, corriendo enloquecido como un paria impenitente: moviendo los brazos y las piernas armoniosamente, desplazándose con el ímpetu desbordado de su energía reprimida, dirigiéndose angustiado a la avenida, abriéndose paso a través de la muchedumbre, atropellando a la multitud allí reunida, empujando bruscamente a quien se interponía en su camino, esquivando con destreza a los autos en la esquina, corriendo como un poseído: sin importarle nada, inevitablemente dispuesto a todo; y los autos, de repente, frenando, chiiirrrrriiiaaando las gomas; y nosotros, que se detuviera, que se dejara de vainas: ¡cuidado con los carros!; y Manolo: sin escucharnos, sin oír nuestros gritos, sin hacer caso a los aullidos que en vano intentaban detener su carrera intempestiva; y aun tú, Matilde, que dices no acordarte de Manolo, nuestro pintor del barrio, quien se desvelaba por las noches buscando una idea genial para plasmarla en sus cuadros; y aun tú, Matilde, habrías sentido coraje si lo hubieras visto correr trastornado por las calles: abriéndose paso a través de la muchedumbre, atropellando a la multitud allí reunida, empujando bruscamente a quien se interponía en su camino, esquivando los autos que congestionaban la avenida: indiferente a nuestros gritos; atraído irremediablemente por la fuerza descomunal de los círculos concéntricos que inexorablemente se expandían y se contraían en la superficie del río, debajo del puente, más allá de las calles polvorientas del barrio.



         (Me sentía orgullosa de Manolo cuando se levantaba temprano en la mañana para ir al trabajo y me decía "¡hasta luego, mi amor!", besándome en la mejilla, marchándose apresurado a coger la guagua en la avenida, y yo me quedaba arreglando la casa, ordenando nuestras cosas: ilusionada con la criatura que latía en mis entrañas; y Manolo, al regresar por la tarde, me besaba de nuevo, me acariciaba el vientre, me tomaba entre sus brazos; y todo marchaba de película a pesar de vivir en este barrio mugriento a orillas del río, debajo del puente: y por la noche Manolo se la pasaba planeando, soñaba en voz alta, hablándome de exposiciones que lo harían famoso, soñando despierto, delirando en voz alta, alucinando con nuestro futuro promisorio: hablándome de galardones que lo consagrarían; y ambos, soñando despiertos: besándonos, acariciándonos, ilusionados: ilusionándonos con la criatura que muy pronto brotaría desde el centro de mis entrañas; y el sueño nos invadía: dormíamos felices de la vida esperando el deslumbrante mañana que de emoción nos estremecía, que nos daba fe y esperanza para seguir viviendo, que nos sustentaba al desgaire, que sin darnos cuenta nos redimía; y todo marchaba de película hasta que a Manolo por iluso lo echaron del puesto: por soñar despierto con ser un artista famoso, un pintor de renombre; por no preocuparse a fondo por su trabajo: dizque decepcionado por la abulia colectiva hacia su arte; y perder el empleo precisamente cuando nuestro hijo en cualquier momento surgiría gritando desde el fondo de mis entrañas; y a partir de entonces mi vida se fue a la porra, pues ya no vería a Manolo marcharse al trabajo después de besarme y acariciarme el vientre abultado; y ya no lo vería regresar por las tardes y acurrucarse como un niño entre mis brazos, susurrándome al oído lo mucho que me quería; y desde entonces pasaba el día entero pintando sus desquiciantes cuadros, desandando el barrio, forjando ideas y temas para sus futuros lienzos; y nuestras vidas se fueron al mismísimo Infierno de tanto soñar con ser un pintor respetado y famoso, dedicado en espíritu, cuerpo y alma a su arte; pues me cansé de oírlo soñar en voz alta, de verlo bosquejar por noches enteras las telas de una exposición irrealizable que me desquiciaba la vida; y al principio trataba de comprenderlo y tener fe en nuestro futuro esplendente; pues mañana sería mejor, mañana sería mucho mejor; y Manolo, cariñoso y tierno, acariciándome el vientre abultado y juntos soñábamos con un futuro esperanzador, con nuestro hijo hecho todo un hombre, con Manolo convertido en un pintor respetado, conmigo transformada en una mujer destacada: madre de un hijo educado y esposa de un pintor consagrado; pero, cuando nuestro hijo emergió gimiendo de mis entrañas, nuestras ilusiones se fueron a la porra, al mismísimo Infierno, pues cómo sobrevivir al hambre con tan sólo unos sueños: vagas esperanzas, puros sueños; y Manolo, ilusionándose con porquerías, con exposiciones individuales y colectivas, con bienales internacionales, con aclamaciones de la Crítica, con viajes a Europa, Estados Unidos y Asia, con espejismos que en verdad me desquiciaban: me sacaban de quicio, me dislocaban la vida; y me lancé a la calle para ganarme el sustento, trabajando en la casa de una familia pudiente, barriendo y trapeando la mansión de tres pisos, sacudiendo el polvo a las reliquias antiguas, fregando las vajillas de plata, cuidando a los niños malcriados de mami y de papi, limpiando de arriba abajo la mansión de tres plantas; y desvivirme la vida como todo una chopa mientras Manolo continuaba soñando despierto, buscando ideas brillantes para plasmarlas en sus cuadros, bosquejando sin tregua febrilmente alucinado; y -al regresar a casa- amándome con locura, susurrándome al oído como un niño inocente que pronto lo lograríamos, acariciándome con ternura, que muy pronto lo conseguiríamos; y el éxtasis nos embargaba: y Manolo, poseyéndome con todas sus fuerzas, con toda su hombría; y juntos suspirábamos que pronto lo lograríamos, que muy pronto lo conseguiríamos, mientras el placer nos embriagaba y el clímax se aproximaba; y luego Manolo me desvelaba contándome que tenía todo preparado para realizar de una vez y por todas el lienzo que tanto lo obsesionaba; y tomando los pinceles, el caballete y los colores se largaba a bosquejar y dar pinceladas a orillas del río, debajo del puente, dándole forma, textura y color a sus benditas ideas, respirando nerviosamente mientras pintaba el cuadro que tantas noches de desvelo le costaban; y ya me tenía cansada de contarme ilusionado, perturbado, que su idea inicial era plasmar con toda su viveza la tranquila naturaleza muerta del río, del puente, de la avenida: los autos congestionados, el barrio a orillas del río, las casuchas cayéndose a pedazos, las calles desérticas y polvorientas; y Manolo, sobresaltado, que desistió de tan apacible y desteñida escena y decidió en su lugar pintar la desgarrante tragedia de un hombre atribulado tirándose desde lo más alto del puente ante la multitud consternada que presenciaba su fugaz vuelo sin poder hacer nada para evitarlo; y sus manos crispadas me hablaban de aquel hombre desdichado que había subido por la escalerilla de una de las columnas del puente; y de la multitud de curiosos impotentes; del tráfico detenido en la avenida congestionada; y Manolo me miraba con sus ojos de iluso, diciéndome que captaría con fuertes pinceladas el instantáneo vuelo de aquel hombre saltando desde el tope del puente, contándome que plasmaría con vivas estocadas el vuelo desgarrador de aquel hombre que luego de inciertas piruetas en el aire penetraba eufórico y reconciliado, triunfalmente en picada, a través de la superficie del río, desapareciendo de una vez y para siempre por el mismo centro de los círculos concéntricos que se expandían y se contraían inexorablemente en la superficie del río; y, al día siguiente, trasnochada, cayéndome del sueño, dejando a nuestro pequeño hijo con la vecina; y luego tener que cansarme de ser una chopa y desistir de sacudir el polvo a las reliquias antiguas, de fregar las vajillas de plata, de cuidar a los niños malcriados de mami y de papi, de limpiar de arriba abajo la mansión de tres plantas y, sobre todo, de tener que soportar -por tan sólo unos pesos- que el niño más mimado de papi y de mami me lamiera los senos y me ensuciara por dentro; y después de todo ya mi vida se había ido al Infierno, a la porra, al mismísimo Infierno, y me puse a rondar el barrio buscando clientes para ganarme el sustento, para sobrevivir al hambre, para criar a mi niño que día a día crecía y crecía; y tener que acostarme noche tras noche con un hombre cualquiera que acariciaba mi cuerpo con manos ásperas, rudas, calientes; besuqueándome el cuello, manoseándome los senos, penetrándome torpemente: ansioso por saciarse de una vez y por todas; embistiéndome sin descanso, sin tregua; jadeando como un cerdo, besuqueándome la boca, aplastándome en la cama con todo el peso de su cuerpo, vaciándose inconteniblemente: ensuciándome por dentro, el muy puerco; dejándome unos cuantos pesos en la mesita de noche, poniéndose de inmediato los pantalones, largándose al Infierno, a la porra, al mismísimo Infierno; y yo, tirada en la cama, asqueada, hastiada; lavándome el sexo, tirada en la cama, absolutamente asqueada; esperando a Manolo que debía estar deambulando debajo del puente, a orillas del río, embarrando sus lienzos, buscando por horas enteras una bendita imagen para atraparla y captarla con toda su viveza y todo su colorido y  plasmarla luego en una de sus irrealizables telas; y, cuando más tarde llegaba Manolo, ya sus caricias no me estremecían y fingía los quejidos de siempre, rodeándolo con mis piernas; atrayéndolo con todas mis fuerzas hacia mi centro, mientras Manolo me hacía el amor excitado, susurrándome al oído que pronto lo lograríamos, que muy pronto lo conseguiríamos; y yo, hastiada, saltando de la cama, que se dejara de vainas, que no lo conseguiríamos, que nunca lo lograríamos, que nuestro hijo se moría de hambre, que se dejara de vainas y se metiera sus cuadros por donde mejor les cupieran, pues ya mi vida se había ido a la porra; y al día siguiente dos cristianas nuevas del barrio me regalaron una Biblia y me ofrecieron un estudio en casa y les dije que para nada de nada a Dios le interesaban los problemas humanos, que Dios estaba muy lejano atareado con el movimiento de las innumerables galaxias, que Dios no se preocupaba por nosotros para nada, nadita de nada; e Ysabel y Florentina explicándome que Dios se había hecho Hombre en la persona de Cristo para morir por nuestros pecados en la Cruz del Calvario; y yo, que esos eran cuentos de patio, que todo era un invento humano para mantenernos desinformados, que de ningún modo a Dios le interesaban nuestros asuntos banales, que Jesucristo fue un iluso que los ingenuos han tergiversado; y yo, sin ton ni son, dándoles las gracias por la Biblia que me habían regalado, y cuando volví a verlas a los dos o tres días les dije que nada había leído de la Biblia que mantenía en el armario, pero que de todos modos sentía intriga en saber por qué tanta alharaca en torno a un libro tan manoseado, que cualquier día  iniciaría el estudio bíblico que me habían prometido, pues ya estaba cansada de oír mil peroratas sobre lo que dice en sus páginas supuestamente sagradas y ya era tiempo de que por fin de primera mano me enterara; y a Manolo no le gustó la idea de verme leyendo la Biblia, y me miraba y me miraba, me auscultaba de arriba abajo, me decía que para qué leía un libro tan desprestigiado, y yo no le hacía caso para nada, nadita de nada, y le decía que se mirara en el espejo, que él era todo un fracaso, pero que por lo menos yo poco a poco le estaba encontrado sentido a esta pocilga, que sin darme cuenta lo que poco a poco descubría me estaba ayudando en la vida; e Ysabel y Florentina venían a casa para el estudio bíblico y así empecé a leer el Evangelio de Juan y cada vez más el relato me interesaba hasta más no poder con los milagros y las palabras de Cristo, y paulatinamente me fascinaba, a fuego lento me deslumbraba, cada día más me maravillaba, chocándome al máximo las afirmaciones de Juan sobre la divinidad de Cristo, sin poder entender cómo siendo supuestamente Dios seguía siendo Hombre; e Ysabel y Florentina me explicaban la doble naturaleza de Jesucristo con  versículos bíblicos como Juan 1:1, Juan 20:28 y Colosenses 2:9; y Manolo no me prestaba atención cuando le contaba sobre mis progresos, y la rutina diaria se había esfumado, pues todos los días aprendía algo nuevo, pero Manolo persistía con su obstinación de crear obras maestras, de pintar cuadros que nunca vendía, de romper muchísimos, pues no le satisfacían, de mantener guardados algunos en el cuarto de nuestro hijo, que vertiginosamente crecía; y mi forma de ganarme la vida cada vez me fastidiaba los días, cada vez me producía sentimientos de culpa, me atormentaba la convicción de pecado, hasta que conseguí un trabajo en una tienda por departamentos cercana y dejé de rondar las calles del barrio buscando clientes para que luego me ensuciaran por dentro; y la dureza del corazón y la ceguera espiritual fueron cediendo ante las verdades bíblicas; y tras una voraz lucha entre el espíritu y la carne Dios tuvo misericordia de mí abriéndome los ojos para que me diera cuenta de mi miseria humana, de mi bancarrota espiritual, de mi estado deplorable alejada de las cosas divinas, y el arrepentimiento poco a poco me fue acercando a la fe en Jesucristo como Dios hecho Hombre muriendo en la Cruz del Calvario por nuestros pecados para salvarnos por gracia; y Manolo no lo podía creer y me decía que pronto se me pasaría, que muy pronto me olvidaría de la Biblia, que recuperaría la cordura y me daría cuenta de que sólo se trataba de fantasías ilusorias que la religión inculcaba en las mentes ingenuas e incautas, pero yo persistía estudiando la Biblia, especialmente los Evangelios y las cartas de Pablo, con la ayuda de Ysabel y Florentina, y seguía progresando a pesar de la abulia, lentamente creía, más y más creía, manteniéndome firme hasta que a Manolo le entró la curiosidad y también empezó a leer la Biblia: poco a poco la digería, poco a poco la meditaba y poco a poco la comprendía; y una de esas noches interminables e inciertas de desbordante imaginación creativa a Manolo le vino a la mente la inusitada idea de pintar a un hombre nuevo tirándose desde lo más alto del puente, penetrando en picada a través del centro inexorable de los círculos concéntricos plasmados en el agua, simbolizando con todo su poderoso dramatismo cristiano un urticante bautismo vicario.)
       


Manolo el pintor del barrio, Domingo Guzmán
     
         Aunque dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, te aseguro que te habrías enfurecido si lo hubieras visto aferrarse a la columna del puente: trepando como un lagarto, mirándonos sin mirarnos, avanzando hacia el tope; y nosotros, impotentes, sin poder evitarlo, enarbolando los puños, boquiabiertos, mirándole escalar con torpeza sin poder hacer nada; y los curiosos, aglomerándose; y los autos, deteniéndose; y la gente, gritando sinsentidos, asfixiando el ambiente con sus gritos; y Manolo, dispuesto a todo, trepando como un lagarto, mirándonos desde lo alto: indiferente, sin mirarnos; y nosotros, por el amor de Dios que no se tirara, que se dejara de vainas, que por Dios se bajara; gritándole enloquecidos: apenados por su tragedia; y él, sin palabras, apenado por la nuestra; y aun tú, Matilde, que dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, quien se desvelaba por las noches buscando una idea magistral para plasmarla en sus cuadros… y aun tú, Matilde, habrías de atribularte como las mujeres angustiadas que no podían contener las lágrimas y lloraban a cántaros, desgarradas, sin consuelo; como los hombres enardecidos que apretaban los puños, impotentes, desquiciados; como todos nosotros que veíamos a Manolo en lo más encumbrado del puente: dispuesto a todo, decidido a saltar de una vez y por todas, sin escuchar nuestros gritos, trepando la columna del puente, impulsado por el enorme peso de sus preocupaciones; y aun tú, Matilde, que dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, te habrías estremecido de estupor si lo hubieras visto saltar desde lo más alto del puente: intentando volar sin tener alas, surcando brevemente el aire; atraído por la descomunal fuerza de los círculos concéntricos que se expandían y se contraían inexorablemente en la superficie del río cuando dejamos de respirar apretando los puños, impotentes; y Manolo, el pintor del barrio, saeta certera e irrevocable, dibujó eufórico, pletórico y reconciliado una parábola invertida en el aire, penetrando sin chapoteo, triunfalmente en picada, a través del centro inexorable de los círculos concéntricos plasmados a pinceladas precisas, certeras y vivaces en la superficie límpida del río cristalino; y por eso te aseguro que, aunque dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, habrías de estremecerte invadida de estupor y algarabía si lo hubieras visto en el tope, en lo más alto del puente, presenciando anonadado las casuchas cayéndose a pedazos a orillas del río, los autos inertes poblando la avenida y la gente sin aliento en medio del puente congestionado; y aun tú, que dices no acordarte de Manolo, el pintor del barrio, aun tú sentirías vértigo en lo más alto del puente y también saltarías, ¡oh lector, tú también saltarías!: eufórico, pletórico y regocijado: saeta audaz, ágil e irrevocable, surcando el aire, “parábola invertida”, flecha veloz y certera, para así traspasar, gozoso y reconciliado, la inexorable diana de los círculos concéntricos plasmados triunfalmente en la superficie del río, y por fin acertar en el blanco, de una vez y por siempre, por todas y para siempre: agua bautismal, resurrección-parábola, paisaje celestial, regeneración inminente, vida eterna en Cristo, sólo Cristo, cielo reflejado en río: todo en Cristo.


Juan 1:1:
“En el principio era el Verbo,
y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios.”

Juan 20:28:
“Entonces Tomás respondió y le dijo:
¡Señor mío, y Dios mío!”

Colosenses 2:9:
“Porque en él habita corporalmente
toda la plenitud de la Deidad…”


II Corintios 5:17:
“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es;
las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.”
(Versión Reina-Valera 1960)

Ficha Técnica:
"Círculos Concéntricos”.  Mural al óleo.  Puente Duarte.  Barrio Gualey. Santo Domingo, República Dominicana.  Museo Nacional.

Nota 1:
Bautismo para perdón de pecados:  Marcos 16:16, Hechos 2:38, Hechos 22:16 y I Pedro 3:21.
Bautismo: obra de Dios, no del hombre: Colosenses 2:11-13.
Justificación por Fe: Romanos 1:17.
Salvación por Gracia: Efesios 2:8-10.
Sacrificio perfecto de Jesucristo: Hebreos 10:1-18, Juan 8:46, II Corintios 5:21, Hebreos 4:15, Hebreos 7:26, Hebreos 9;14, I Pedro 1:19, I Pedro 2;22 y I Juan 3:5.
Amor incondicional de Dios en Jesucristo: Romanos 8:37-39.

Nota 2:
El libro “Por Nuestro Bien” ha sido elaborado como un libro totalizante, abarcador.  En “Círculos Concéntricos” se trata el tema del Cristianismo como adoración correcta y en el texto final intitulado “Por Nuestro Bien” se aborda el tema de la denominación de sana doctrina, especialmente sobre los Anabautistas, los Menonitas y los Hermanos en Cristo como cristianos primitivos históricos. ¡Amén!

Lunes 4 de julio, 2011.
San Cristóbal, República Dominicana.

Fin.

Reconocimiento Especial por su Colaboración Creativa:

Gracias a Rubén Sánchez Féliz por su valiosa sugerencia escriptural-intelectual y su ayuda meridiana y providencial que me han permitido enriquecer con una nueva visión la versión definitiva del presente omni-cuento cristiano.


Homenaje:

En la presente versión definitiva aparece un humilde tributo literario a Ysabel Florentino Romero, infatigable y empedernida cuentista jubilosa, al nombrar a dos personajes con alusiones a su nombre.


Agradecimientos:

Gracias a Luisito Rey y su canción “Éxito” por haberme servido de inspiración una y otra vez durante todo el proceso creativo de más de 30 años elaborando “Círculos Concéntricos”.

Gracias a Geremías De La Cruz por hacer suyo con su voz propia y recóndita el inicio de este omni-cuento cristiano.

Gracias a Domingo Taveras por sugerirme que llevara al cine la historia de Manolo.

Gracias a José Acosta por publicar en el blog de los Escritores de Santiago este omni-cuento cristiano.

Gracias a Domingo Alberto Guzmán por sus ilustraciones llenas de creatividad.

Gracias a José F. Pelletier por su inspirada ilustración que se puede considerar como su pequeño Guernica en miniatura, emergiendo con gracilidad de su trazo dibujístico genial y maestro, plasmando el mural definitivo de este omni-cuento cristiano.

Gracias a Teddy Brito por su entusiasta y generosa opinión crítica que ha sostenido con ahínco a través de un largo tiempo de su lectura reflexiva.

Gracias a José Rafael Lantigua por concederle un espacio importante a la noticia de la concesión del primer lugar a este omni-cuento cristiano en el suplemento Biblioteca de Última Hora.

Gracias a Livia Díaz –LIV- por escribir una novela corta inspirándose en el drama acuciante de Manolo y su esposa, proveyéndole de este modo una compañía literaria al presente omni-cuento cristiano.

Gracias a Jordhy Ledesma por su excelsa y generosa opinión que me conmovió por su entusiasmo y su sinceridad.

Gracias a los miembros del Jurado del Instituto Politécnico Loyola, especialmente a José Alcántara Almánzar, quienes le concedieron Mención de Honor a la primera versión de Círculos Concéntricos en el 1981.

Gracias a los miembros del Jurado de la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña:  Johnny Guerrero Germosén, Carlos Fernández-Rocha y Jesús A. Rodríguez; quienes le concedieron el Primer Premio a la segunda versión de Círculos Concéntricos en el 1990.

Gracias a Rosa Peralta, de la Sociedad Cultural Alianza Cibaeña, por sus amables atenciones.

Gracias a Bruno Rosario Candelier por su sonrisa aprobatoria y satisfecha en el acto de premiación en Santiago, la Ciudad Corazón.

Gracias a todos los lectores entusiastas que no he podido nombrar, pero que han hecho suya esta historia sobre la pasión indomable del éxito que todos llevamos dentro.








Orlando Alcántara

Nació en Santo Domingo en 1962. Estudió en el Instituto Politécnico Loyola. Es cuentista, poeta, crítico literario, corrector de estilo, periodista y traductor. Es un dinámico promotor cultural de la provincia de San Cristóbal. Pertenece al Movimiento Internacional de la Metapoesía. Ha publicado artículos en los principales diarios locales y nacionales. La enciclopedia libre de internet Wikipedia lo ha incluido como “teólogo y poeta dominicano” por sus aportes al pensamiento del filósofo Baruch Spinoza. Fue profesor de inglés en el Instituto Dominico-Americano y en The English Center. Ha publicado los  libros “¡Metapoesía de Mí!”  (2003) que incluye poetas de cinco países,  y “Por Nuestro Bien” (2007) que recoge cinco de sus mejores cuentos. Ha sido premiado por sus cuentos en el concurso de cuento y poesía del Instituto Politécnico Loyola, 1980, 1981, 1982; Concurso literario de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, 1990; concurso de cuento de Casa de Teatro 1982, 1997; Concurso Literario de la Sociedad Alianza Cibaeña, 1990, 1991. Su biografía fue incluida en el catálogo de la primera Bienal Nacional de Cuento, San Cristóbal 2009.  “Círculos Concéntricos” es uno de los textos más intenso de su narrativa, y uno de los textos mejor logrado de la cuentística dominicana de las últimas décadas.